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sábado, 26 de septiembre de 2009

"Tus asuntos... ¿en manos de quien están?"

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"Tus asuntos... ¿en manos de quien están?"

Una pelota de basketball en mis manos vale unos $19.00
Una pelota de basketball en las manos de Michael Jordan vale alrededor de $33,000.000
Todo depende de en manos de quién está el asunto.

Una raqueta de tenis en mis manos, no sirve para nada.
Una raqueta de tenis en manos de Pete Sampras, significa el Campeonato en Wimbledon.
Todo depende de en manos de quién está el asunto.

Una honda en mis manos es un juego de niños.
Una honda en manos de David es el arma de la victoria del Pueblo de Dios.
Todo depende de en manos de quién está el asunto.

Dos panes y cinco peces en mis manos son un par de sandwiches de pescado.
Dos panes y cinco peces en manos de Jesús son el alimento para miles.
Todo depende de en manos de quién está el asunto.

Unos clavos en mis manos pueden servir para construir una pajarera.
Unos clavos en las manos de Jesucristo producen la Salvación de toda la humanidad.
Todo depende de en manos de quién está el asunto.

Como has visto, todo depende de en manos de quién está el asunto.
Pon tus proyectos, tus preocupaciones, tus miedos, tus deseos, tus sueños,
tu familia y tus relaciones en manos de Dios. Tu decides... En tus manos con
tus propias fuerzas o en las manos de Dios con las fuerzas de ambos.

No olvides "Todo depende de en manos de Quién está el asunto".

¿Y tus asuntos en manos de quien están?

MENSAJE DE JESÚS mensajes textos frases de reflexion

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Mensaje de Jesús

¿Por qué te confundes y te agitas ante los problemas de la vida?

Déjame el cuidado de tus cosas y todo te irá mejor.
Cuando te abandones en mi todo se resolverá con tranquilidad según mis designios. No te desesperes, no me dirijas una oración agitada, como si quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos. Cierra los ojos del alma y dime con calma. Jesús yo confío en ti.

Evita las preocupaciones y angustias y los pensamientos sobre lo que pueda suceder después. No estropees mis planes, queriéndome imponer tus ideas. Déjame ser Dios y actuar con libertad. Abandónate confiadamente en mí. Reposa en mí y deja en mis manos tu futuro. Dime frecuentemente: Jesús, yo confío en ti. Lo que más daño te hace es tu razonamiento y tus propias ideas y querer resolver las cosas a tu manera. Cuando me dices: Jesús, yo confío en ti, no seas como el paciente que le pide al médico que lo cure, pero le sugiere el modo de hacerlo. Déjate llevar en mis brazos divinos, no tengas miedo, YO TE AMO.

Si crees que las cosas emperoran o se complican a pasar de tu oración sigue confiado. Cierra los ojos del alma y confía.

Continua diciéndome a toda hora: Jesús, yo confío en ti.

Necesito las manos libres para poder obrar. No me ates con tus preocupaciones inútiles, Satanás quiere eso: agitarte, angustiarte, quitarte la paz. Confía solo en MI, abandonáte en MI. Así que no te preocupes, hecha en mi todas tus angustias y duerme tranquilamente. Dime siempre: Jesús, yo confío en TI y veras grandes milagros.

Enviado por: Martha Sylvia Ortega.

domingo, 20 de septiembre de 2009

UN ERROR PERFECTO.

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UN ERROR PERFECTO.


Mi abuelo amaba la vida - especialmente cuando podía hacerle una broma a
alguien. Hasta que un frío domingo en Chicago, mi abuelo pensó que Dios le había
jugado una broma. Entonces no le causó mucha gracia. Él era carpintero. Ese día
particularmente él había estado en la Iglesia haciendo unos baúles de madera
para la ropa y otros artículos que enviarían a un orfelinato a China. Cuando
regresaba a su casa, metió la mano al bolsillo de su camisa para sacar sus
lentes, pero no estaban ahí. Él estaba seguro de haberlos puesto ahí esa mañana,
así que se regresó a la Iglesia. Los buscó, pero no los encontró. Entonces se
dio cuenta de que los lentes se habían caído del bolsillo de su camisa, sin él
darse cuenta, mientras trabajaba en los baúles que ya había cerrado y empacado.
¡Sus nuevos lentes iban camino a China!. La Gran Depresión estaba en su apogeo y
mi abuelo tenia 6 hijos. Él había gastado 20 dólares en esos lentes. "No es
justo" le dijo a Dios mientras manejaba frustrado de regreso a su casa. "Yo he
hecho una obra buena donando mi tiempo y dinero y ahora esto". Varios meses
después, el Director del orfelinato estaba de visita en Estados Unidos. Quería
visitar todas las Iglesias que lo habían ayudado cuando estaba en China, así que
llegó un domingo en la noche a la pequeña Iglesia a donde asistía mi abuelo en
Chicago. Mi abuelo y su familia estaban sentados entre los fieles, como de
costumbre. El misionero empezó por agradecer a la gente por su bondad al apoyar
al orfelinato con sus donaciones. "Pero más que nada", dijo "Debo agradecerles
por los lentes que mandaron. Verán, los comunistas habían entrado al orfelinato,
destruyendo todo lo que teníamos, incluyendo mis lentes. ¡Estaba desesperado!
Aún y cuando tuviera el dinero para comprar otros, no había donde. Además de no
poder ver bien, todos los días tenia fuertes dolores de cabeza, así que mis
compañeros y yo estuvimos pidiendo mucho a Dios por esto. Entonces llegaron sus
donaciones. Cuando mis compañeros sacaron todo, encontraron unos lentes encima
de una de las cajas". El misionero hizo una larga pausa, como permitiendo que
todos digirieran sus palabras. Luego, aún maravillado, continuó: "Amigos, cuando
me puse los lentes, eran como si los hubieran mandado hacer justo para mí!,
¡Quiero agradecerles por ser parte de esto!". Toda las personas escucharon, y
estaban contentos por los lentes milagrosos. Pero el misionero debió haberse
confundido de Iglesia, pensaron. No había ningunos lentes en la lista de
productos que habían enviado a China. Pero sentado atrás en silencio, con
lágrimas en sus ojos, un carpintero ordinario se daba cuenta de que el
Carpintero Maestro lo había utilizado de una manera extraordinaria.


Cheryl Walterman Stewart

¡CARPE DIEM! APROVECHA EL DÍA REFLFEXIONES CATOLICOS

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¡CARPE DIEM! APROVECHA EL DÍA.



Aprovecha el día, no dejes que termine sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber alimentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento.

No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber.

No abandones tus ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.

No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar al mundo.

Porque, pase lo que pase, nuestra esencia está intacta.

Somos seres humanos llenos de pasión.

La vida es desierto y es oasis; nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.

Aunque el viento sopla en contra, la poderosa obra continúa. Tú puedes aportar una estrofa.

No dejes nunca de soñar, porque sólo en sueños puede ser libre el hombre.

No caigas en el peor de los errores, el silencio. La mayoría vive en un silencio espantoso.

No te resignes. Huye.

"¿Emito mi alarido por los techos de este mundo?" dice el poeta.

Valora la belleza de las cosas simples, se puede hacer poesía bella sobre las pequeñas cosas.

No traiciones tus creencias. Todos necesitamos aceptación, pero no podemos remar en contra de nosotros mismos. Eso transforma la vida en un infierno.

Disfruta el pánico que provoca tener la vida por delante. Vívela intensamente, sin mediocridades.

Piensa que en ti está el futuro, y encara la tarea con orgullo y sin miedo.

Aprende de quienes pueden enseñarte. Las experiencias de quienes nos precedieron, de nuestros ¿poetas muertos?, te ayudan a caminar por la vida.

La sociedad de hoy somos nosotros, los ¿poetas vivos? No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas.


Anónimo

domingo, 6 de septiembre de 2009

¿SABES VER TELEVISION?.

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http://www.fisterra.com/salud/dibujosJY/175_jovenTV.jpg
¿Sabes ver televisión?

El que no sabe ver televisión acepta todo. Todo lo que oye y mira. Engulle cuanto le sirven. Se traga lo mismo la verdad que la ficción, el bien y el mal, el arte y la cursilería. Nada rechaza. Le da lo mismo este programa que aquel. Con tal de ver. Espectador buzón. Por la abertura va cayendo cuanto ahí se deposita. Violencia, canciones, sexo, anuncios, idioteces, deporte, teatro, basura, cualquier cosa cabe en el buzón abierto.



El que no sabe ver televisión no elige. Elegir implica rechazar algo y aceptar algo. Encender o apagar el botón del aparato. Cambiar el canal a otro. Esperar tal programa, seleccionar con criterio, obrar humanamente, es decir, ejercitando la libertad no abdicando de ella, con propia voluntad de señor, que lo contrario es esclavitud, "la peor de todas" que es dejarse esclavizar voluntariamente. ¡Que pocos son los que escogen su ración de espectáculo! La mayoría simplemente se sientan en el sofá a esperar con gusto a que le sirvan lo que más allá de la pantalla otros quieren.



El que no sabe ver televisión no jerarquiza los valores. Jerarquizar es imponer un orden. Y lo que priva en la pequeña pantalla de casa es el desorden.



El que no sabe ver televisión se deja influenciar de tal modo por cuanto ve y escucha, que su vida acaba por amoldarse al capricho de las imágenes recibidas.


Conservarse "persona" ante la tv, el cine y el ambiente significa no dejar que le hurten a uno el tesoro de la individualidad. Ser como uno quiere ser, como uno debe ser "con sello propio". Con rubrica personal. Sin permitir que el espectáculo lo despersonalice a uno y lo magnifique.



Hoy todo mundo sabe manejar un automóvil, hablar ingles, depositar dinero en el banco, hacer una llamada telefónica, dar respiración artificial, mil cosas de urgencia cotidiana. Lo que a casi nadie preocupa es saber leer el periódico, oir radio, ver cine y televisión, todos dan por hecho que ya saben hacerlo, y para colmo, ni siquiera necesitan saberlo. El ignorante sabe que ignora; pero el imbécil ni siquiera se da cuenta.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Historias de Reflexion

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"Totalmente pagado"

Un joven muchacho que estaba a punto de graduarse de preparatoria. Hacía muchos meses que admiraba un hermoso auto deportivo en una agencia de autos, y sabiendo que su padre podría comprárselo, le dijo que ese auto era todo lo que él quería.

Así llegó el día de la graduación, y su padre le llamó a que fuera a su privado. Le dijo lo orgulloso que sentía de tener un hijo tan bueno y lo mucho que lo amaba. El padre tenía en sus manos una hermosa caja de regalo. Curioso y de algún modo decepcionado, el joven abrió la caja y lo que encontró fue una hermosa Biblia con cubiertas de piel y con su nombre escrito con letras de oro. Enojado le gritó a su padre diciendo: "!Todo el dinero que tienes y solo me das esta Biblia!".
Y salió de la casa.

Pasaron muchos años y el joven se convirtió en un exitoso hombre de negocios. Tenía una hermosa casa y una bonita familia, pero cuando supo que su padre que ya era anciano estaba muy enfermo, pensó en visitarlo. No lo había vuelto a ver desde el día de su graduación. Antes de que pudiera partir a verlo, recibió un telegrama donde decía que su padre había muerto, y le había heredado todas sus posesiones, por lo que necesitaba urgentemente ir a la casa de su padre para arreglar todos los trámites de inmediato.

Cuando llegó a la casa de su padre, su corazón se llenó de una gran tristeza y arrepentimiento. Empezó a ver todos los documentos importantes que su padre tenía y encontró la Biblia que en aquella ocasión su padre le había dado. Con lágrimas la abrió y empezó a hojear sus páginas. Su padre cuidadosamente había subrayado un verso en Mateo 7:11 donde decía: "Y si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, cuanto mas nuestro Padre Celestial dará a sus hijos aquello que le pidan".

Mientras leía esas palabras, unas llaves de auto cayeron de la Biblia. Tenía una tarjeta de la agencia de autos donde había visto ese auto deportivo que tanto había deseado. En la tarjeta estaba la fecha del día de su graduación y las palabras: "TOTALMENTE PAGADO".

Cuantas veces hemos rechazado y perdido las bendiciones de Dios porque
no vienen envueltas en "paquetes hermosos", como nosotros esperamos.

Unos Minutos Antes, unos Minutos Después - Reflexiones Catolicas

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"Unos minutos antes... unos minutos después"






La gran ilusión de mi vida era poder jugar fútbol en un equipo profesional. Todo parecía posible y el sueño de mi vida se iba haciendo realidad. Los primeros contactos ya estaban, y el verano del 90 me estarían esperando para darme una oportunidad.

Ya mi único interés era jugar y entrenar; todo lo demás había pasado a un segundo plano: Dios, estudios, trabajo,... Solamente me importaba jugar. Parecía que ahí encontraría mi felicidad.

Todavía lo recuerdo bien: eran las 7:00 pm. de un Jueves Santo. Todo estaba previsto por el Señor. Tuve un accidente automovilístico en mi ciudad, que fue cosa de segundos. Me vi, de repente bañado en sangre y con el brazo derecho casi destrozado. Salí del automóvil como pude.

Unas personas me brindaron ayuda, una me puso un torniquete en el brazo para detener la hemorragia y otra me llevó al hospital. Mientras tanto en mi interior iba pasando de forma rápida, pero profunda toda mi vida. Al llegar al hospital, me pasaron al quirófano. Sólo pedí una cosa a Dios: "Señor, ayúdame".

La operación duró cinco horas. Cuando desperté me encontraba todavía en la sala de operaciones, y di gracias a Dios por darme otra oportunidad. Nunca tuve un reproche a Dios, una queja, un reclamo. Él me ha ayudado a entender que Él así lo quería. Y estoy seguro de que todo salió como lo tenía pensado.

Recuerdo muchas cosas que me pasaron en el hospital, la cercanía y cariño de mi familia, de mis amigos, pero lo que nunca olvidaré serán esos momentos en que me encontraba solo con Dios, pues le conocí y me conocí. Dialogando ahí con Él analicé mejor y con mayor calma mi vida. Y creo que todo cambió.

Fueron días de dolor y sufrimiento físico, pero Él nunca me dejó. Soy sincero al decir que muchas veces me preguntaba en mi interior: "¿volveré a jugar?". La respuesta era obvia. Me costó mucho entender que la ilusión de mi vida se me había escapado.

Mi vida cambió totalmente, ya que Él había a tocado las puertas de mi alma sin darme cuenta, pues se vale de todo para indicarnos sus caminos. En mi vocación al sacerdocio he encontrado la felicidad junto a Él, entregando mi vida por los demás, ayudando a los hombres, y sobre todo llevándoles a Dios.

Estoy convencido de que la felicidad que todos buscamos no está en ser sacerdote, en ser futbolista, en estar casado, etc., sino en encontrar la voluntad de Dios, aceptarla y vivirla como Él nos lo pide. Sé que muchas veces cuesta cumplir esta voluntad de Dios, pero cuando uno la cumple, llega a la felicidad.


Reflexión:

Soñar a lo grande. Avanzar en la vida con una gran ilusión. Llegar a entusiasmarse por algo que dé sentido y motive lo que hacemos en cada momento. ¡Ojalá tú y todos los jóvenes vivieran así los mejores años de su vida! Pero, atento. De repente algo puede cruzarse en tu camino. Algo que haga irrealizable tu sueño y te marque otro rumbo a seguir. En esos momentos, recuerda la experiencia de Juan Luis. La felicidad está en encontrar la voluntad de Dios, aceptarla y vivirla.


Autor: Marcelino de Andrés